BOND, BYE BOND

SEAN CONNERY, MUCHO MÁS QUE 007 

 El pasado sábado nos dejaba uno de los mitos del cine, Sean Connery. Todo el mundo recordará al actor escocés por su papel como el mítico agente 007. 

Sin embargo, Connery va mucho más allá de esto. Aunque en los últimos tiempos se alejó de la escena, este actor nos ha dejado grandes actuaciones que van desde el Robin Hood de Marian y Robin del 76, hasta el aventuro Daniel Dravot en El hombre que pudo reinar de John Huston, pasando por el inmejorable Malone en Los intocables de Eliot Ness, por el que recibió su único Oscar. 

Pero además de actor Connery fue sobre todo persona. Esta faceta del intérprete que durante décadas quedó oculta bajo el estereotipo de hombre serio y perfecto de Bond, sale a la luz por fin mostrándonos una vida de luces y sombras.

Conocido por ser tacaño, tozudo y muy escocés, Connery era en palabras de su círculo más cercano " un hombre de verdad". Esto se refleja muy bien en una anécdota que cuenta Michel Crichton, uno de los primeros en dirigirle, en la cual durante un almuerzo el actor le comentó: "He pasado gran parte de mi vida siendo infeliz. El día que paré y pensé: solo se vive un día, lo puedes disfrutar o no. Yo decidí disfrutarlo "

Muy criticado en el final de su carrera al implicarse en política junto al Partido Nacionalista escocés, en favor de la independencia frente al Reino Unido, así como por verse implicado en una trama fiscal en la que se acusaba a su mujer de delitos contra la Hacienda pública, Connery mantuvo su sinceridad hasta el final. 

Decidió rechazar papeles del nivel de Gandalf en el Señor de los Anillos y volver a ser el profesor Jones en La calavera de Cristal, afirmando en 2005 que estaba harto de Hollywood.

Connery declaró:  " Cada vez hay más distancia entre los que saben hacer películas y los que dan luz verde a las películas. No digo que todos sean idiotas. Solo digo que hay muchos de ellos que son muy buenos siendo idiotas. Necesitaría uno oferta imposible de rechazar, al estilo de la mafia, para no negarme a hacer otra película más".

Y como no podía ser de otra forma cumplió su promesa y no volvió a aparecer en la gran pantalla. Citando a Spielberg, se va "una de las siete estrellas genuinas del mundo".